detrás de nuestra sombra.
Olvidos que perduran, que matan.
Olvidos que secuestran almas en las calles.
Ráfagas de olvido que se acuestan con la tristeza
y despiertan solos.
Hay otro olvido a cada instante.
Regresa en las noches melancólicas.
Olvidos que envenenan,
olvidos donde no existe la paciencia y
navegan sin rumbo alguno.
Hay olvidos que no esperan ni piensan,
hay tantos olvidos que no se acuerdan
que uno existe.
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